domingo, 15 de abril de 2007

Yebongsan

Continuando lo que empieza a ser ya una tradición, ayer sábado acompañé a mi tío a subir otra montaña. En este caso, se trataba de Yebongsan, al este de Seúl, y de 683 metros de altura. Como veis, en general las montañas de Corea no son muy elevadas… pero sí muy numerosas, al cubrir más del 70% de su pequeña extensión (99.000 kms cuadrados –una quinta parte de España-). Al fin salió el sol tras una semana con el clima bastante inestable y, tras 45 minutos de metro y 20 de autobús, la subida fue un poco menos dura que a Bukhansan. Eso sí, en Yebongsan no hay ni templos ni fortalezas tan chulas como en Bukhansan… pero sí una vista preciosa, al ser la montaña más alta de la zona, y una tranquilidad imposible de hallar en la otra montaña, demasiado cercana a la ciudad –y, por ello, llena de gente-. No tomamos makkoli a la bajada… pero, al llegar arriba, un grupo de excursionistas habían subido un bidón de gamroju, una especie de cerveza hecha con maíz, que suplió con éxito la carencia de makkoli.

En cuanto a la comida… el menú volvió a consistir en kimbab, fruta,... menú que compartimos con las ardillas y pajarillos del lugar –¡en Bukhansan lo que venían eran cuervos…:-s!-. En cuanto a mis descubrimientos, destacaría dos: 1) Los pájaros carpinteros no son azules ni tienen la cresta roja (¿¡qué queréis!? ¡Soy un paleto de ciudad!); 2) Lo que me hace cosquillas detrás de las orejas no son las moscas, sino los dos cuernos de pelo que empiezan a asomar a ambos lados de mi cabeza… ¿aguantaré con estos pelos hasta la vuelta?

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