sábado, 28 de abril de 2007

Seúl olímpica

No quería irme de la ciudad sin echar un vistazo a algunas de las instalaciones (bueno, las rondas -¡en Barcelona no inventamos nada nuevo!- sí las había "disfrutado") que se construyeron para los XXIV JJ.OO., que se celebraron en 1988, como sabéis, en Seúl. Así pues, he dedicado el día entero, acompañado de mi sufrida prima, a patear el Parque Olímpico y el estadio central.

Hemos empezado por el Parque Olímpico, llamado así porque es eso, un parque -muy agudo el nene, ya veis-, y, en él están sitos varios pabellones en los que se desarrollaron varias competiciones olímpicas. Hemos entrado a echar un vistazo al pabellón donde se realizaron las pruebas de gimnasia deportiva y nos hemos encontrado con... la pista ocupada por un montón de vendedores de ropa deportiva... una forma rara de "reciclar" un pabellón en un centro comercial.

Aunque para reciclajes raros, el del centro "Papertainer", que está también en el Parque y que está realizado íntegramente a partir de cartón reciclado (incluso las columnas son de cartón) y containers. Por el bien de todos, espero que nuestra ministra de vivienda no lea este post... Por si acaso, id guardando los rollos usados de papel de váter (para reparaciones, ampliaciones, y lo que sea menester). Luego hemos dado una buena vuelta por el Parque (es enorme) y, la verdad, he disfrutado mucho de un día prácticamente veraniego. Está lleno de flores, hay muchas esculturas, ríos, lagos y hasta animales sueltos (conejos, patos,...). Tras haber comido, hemos cogido el metro hasta el Estadio Olímpico y, sorpresa sorpresa, hemos entrado (gratis) y hemos podido ver el final del partido del FCSeúl, que, como otros equipos que aun son de la ciudad de Barcelona -¡felicidades, por cierto!-, tienen alquilado su chiringuito en el antiguo Estadio Olímpico.
El aspecto del campo (por cierto, no os perdáis la camiseta roja de la aficionada de la foto), con las gradas vacías (unos 1000 aficionados, aunque muy ruidosos, eso sí) no era muy atractivo... pero supongo que no ayudaba el hecho de que, simultáneamente, y a escasos metros, estuvieran representando Quidam (Cirque du Soleil -aquí todavía más caro que en Barcelona, por cierto-) y, sobre todo, un partido de beisbol entre Doosan y LG (ya veis que todos los equipos reciben sus nombres de los diversos chaebol -conglomerados industriales-).
Por cierto, me han encantado dos avenidas: la primera, que conecta el Parque Olímpico con el Estadio, porque tiene un boulevard central repleto de esculturas acerca de diversos deportes; la segunda, porque en ella se expone fotos e información acerca de los campeones olímpicos coreanos. En la foto me veis con el campeón de maratón de los JJ.OO. de Barcelona.

Finalmente, para compensar a mi prima, hemos ido a practicar un rato su deporte favorito, ir de compras y, tras la cena, nos hemos ido cada mochuelo a su olivo. Eso sí, en un día como hoy, no he podido resistirme a probar la zona de práctica de bateo. Por 500 wons (unos 40 céntimos) puedes batear 17 veces (coges el bate, metes la moneda, y sale una bola cada vez que se enciende una lucecilla). Y bueno, pongo "puedes" porque al strike 34 he decidio irme antes de que más gente se parara a ver cómo cazaba moscas... ¡Qué desastre!... sólo faltaba Leslie Nielsen cacheándome...

jueves, 26 de abril de 2007

Bukhansan (II)

El domingo pasado volví a subir con mi tío a una de las montañas que forman Bukhansan. En esta ocasión, subimos acompañados de muchísima más gente, todos ellos exalumnos del instituto en el que estudiaron mi tío y mi padre. Antes de subir, nos dieron un montón de regalos (sí, ya sé que soy un gorrón…oink) entre los que se contaban una camiseta, una toalla, un impermeable, una gorra y un par de petacas con soju. Esto último me recordó a más de uno que también se lleva la suya de excursión… y, como de costumbre, no daré nombres.

No nos llovió y el ambiente era muy bonito al subir juntos exalumnos cuyas edades iban desde los 25 hasta los 80 (sí, sí, de 80… y me adelantó cuando estábamos llegando a la cima). Una vez arriba –un poco más allá de la fortaleza que os mostré en el anterior post-, comimos –en mi caso, con la promoción de mi tío (muy amables todos, empeñados en que probara todas y cada una de las cosas que habían subido para comer-)- y, seguidamente, sortearon regalos entre los más de 300 alumnos que se dieron cita.

El día estaba siendo estupendo pero, a la bajada, descubrí lo peligrosa que es la montaña. En una zona llana, sin aparente peligro, el hombre que iba diez metros por delante de mí, resbaló con su pie izquierdo y se fue rodando unos veinte metros, por una pendiente de unos 60-75 grados, chocando contra varias rocas (creo que no se dejó ninguna por "catar"). Desde arriba vi que quedó inconsciente y con toda la cara cubierta de sangre. Inmediatamente bajaron sus compañeros (era también un exalumno) y llamaron al 119 (aquí el teléfono de emergencia es el 119, no el 911). Fue horrible ver cómo caía y caía… y peor aun estar luego allí y no poder hacer nada para ayudar. Pues eso, que no me voy a poner filosófico, pero ese hombre volvía de pasarlo genial, de tener un día estupendo… y en dos segundos… En fin, espero que se haya recuperado… ya le diré a mi tío que se informe.

Así pues, con este trance que empañó lo sucedido durante el resto del día fui a cenar a casa de mis tíos, conocí a mi primita de cuatro años –eso sí me alegró la cara:-)- y volví a casa. Y bueno, esa fue mi segunda experiencia en Bukhansan.

miércoles, 25 de abril de 2007

The sound of music

Vaya por delante, en defensa de los coreanos, que la costumbre aquí descrita ya no es seguida por la mayoría de ellos, igual que también se va abandonando (aunque -en esto sí- aun quedan bastantes fans) el hacer "ñam ñam", es decir, el hacer ruido al comer, beber, sorber fideos,... y que este post responde tan sólo a mi experiencia personal -como todos los anteriores-; pero para que no haya ninguna queja al respecto en caso de visita a Corea, tengo que haceros una advertencia: aquí son bastante tolerantes con las emisiones de gases, y no me refiero a política medioambiental -aunque no le iría mal a Seúl una más estricta-.
La cuestión es que aquí tampoco es de buena educación... pero nadie se gira en la calle o en un restaurante si se escucha un sonoro eructo y, por lo que he vivido hoy, tampoco a la biblioteca. Frente a mí se ha sentado un señor de unos ochenta años que se ha puesto a leer periódicos antiguos. Ha jugueteado un rato con su dentadura postiza (me parece que se le ha enganchado el caramelo que estaba mascando) y a continuación ha iniciado, en series de cuatro o cinco y con una cierta periodicidad, su particular concierto de rebuznos.
"Y bueno" diréis, "pobre hombre, es mayor y tendrá problemas gástricos"... pero no: ya es la segunda vez que me pasa en la biblioteca (la otra vez el sapo era de unos treinta años de edad). Eso sin contar los que eructan esporádicamente. El concierto, sin embargo, ha seguido y, tras darle a la trompa, el señor ha empezado a darle al trombón. "Y bueno" diréis, "pobre hombre, es mayor y no se aguanta los peos"... pero no: el señor apoyaba las manos a ambos lados de la silla y levantaba la pierna -izquierda- cada vez que notaba movimientos en Mordor.
Sin embargo, no le he dicho nada... y tampoco m podía cambiar de sitio al ser pequeña la biblioteca y no quedar sitios libres. ¿Qué hago si me vuelve a pasar? ¿Me aguanto? ¿Me enfado y le digo algo? ¿Sigo la máxima de "si no puedes con tu enemigo, únete a él" o al refrán "allá donde fueres...?". ¡Espero vuestro sabio consejo:-p!

martes, 24 de abril de 2007

Namsangol

El pasado sábado mi prima y un amigo suyo me acompañaron a Namsan, una montaña que en la antigüedad se situaba al sur de la ciudad (en la actualidad, ha quedado engullida por la urbe) y que está coronada por la torre de comunicaciones, uno de los símbolos de Seúl.
A sus pies, se halla Namsangol, un parque en el que se han conservado varias casas tradicionales (hanok) pertenecientes a yangban (antiguos nobles). De hecho, los hanok de Namsangol fueron trasladados desde su ubicación original a este parque. La visita –gratuita, por cierto- vale la pena ya que te permite ver tanto la estructura de las casas, con sus sistema de calefacción (ondol), sus puertas y ventanas de papel, el patio central (parecido al de las villas de los patricios); así como aprender las costumbres tradicionales como cómo conservaban el kimchi, a qué juegos jugaban o, incluso, cual era la forma de caminar de los yangban. También curiosa es la "Cápsula del Tiempo", un espacio circular en el que el ayuntamiento de Seúl decidió enterrar múltiples objetos en el 600 aniversario de la ciudad (1994) para que, cuando se cumpla el 1.000 aniversario de Seúl, los seulitas de ese momento lo abran y puedan conocer cómo vivían 400 años atrás. Marchando una de fotos.El resto del día lo pasamos de compras. Fuimos a Myeong Dong (está al lado de Namsangol), a la Estación de Autobuses, a unos grandes almacenes outlet (donde mi prima me llevó a un italiano muy coreanizado pero cuya pasta no estaba mal) y acabamos la noche en Insa-Dong, comprando algún regalo que me quedaba pendiente, cerrando la noche con una jarra de cerveza acompañada de calamar seco, un snack muy popular en Corea. En fin, que no sé cómo fui capaz de levantarme el domingo a las 7 para ir a la montaña…

lunes, 23 de abril de 2007

Albayzin

Y sí, efectivamente anoche fui a cenar a un restaurante "español". Ya por la mañana, cuando iba a la Fundación Corea a entregar un informe, me encontré con el restaurante "Sierra Nevada" pero al acercarme vi que el menú consistía en salchichas de Frankfurt y ensalada de patatas. Así pues, no era ése. Quedé por la noche con una amiga del departamento de Yongin y fuimos en busca del restaurante... Costó encontrarlo, al ser pequeño y estar escondido en una zona con poco bullicio. La primera sorpresa: su nombre, Albayzin. Una vez dentro, en una sala con sólo cuatro mesas, me puse a analizar las paredes, pobladas de fotos de Granada, de Lola Flores, Rocío Jurado y Camarón, además de guitarras partidas por la mitad colgadas del techo. Por cierto, lo que se abajo en el centro es un mapa de Graná. ¿Sería casualidad encontrarme con Sierra Nevada, Albayzin y el mapa de Granada en Sant Jordi?
En cuanto al menú, optamos por coger un menú que incluía vino, paella y tapas. Al ver que era español, el dueño (un coreano que se dedica a importar vinos desde España) me dijo -en inglés- que la comida era un poco diferente, que la había tenido que "coreanizar" porque, si no, a los coreanos no les gustaban las recetas originales ya que tenían demasiado aceite y sal. Y bueno, para picar trajeron aceitunas y albóndigas (¡bien hechas!), pero a partir de ahí la cosa empezó a coreanizarse rápidamente. La siguiente "tapa" fueron muslos de pollo recubiertos de ajos enteros y bolas de pimienta. A continuación, nos sirvieron crema de calabaza. Seguidamente, trajeron el plato estrella, una paella (que tenéis fotografiada abajo)... ¡picante! Tenía maíz, judías verdes,... vamos, que estaba buena de sabor... pero no era paella. ¡Ah!, y para acabar, nos trajeron langostinos recubiertos de pasta de guindilla. No estuvo mal y fue divertido, pero comida española, lo que se dice española, !no comí demasiada!

domingo, 22 de abril de 2007

Compras alternativas

Uno puede ir a Corea y volver con la maleta llena de potes de cerámica, máscaras de madera, algún preparado con ginseng, una camiseta del Hard Rock Café,… o bien puede volver con algún producto de los que usan realmente los coreanos.

Las falsificaciones de ropa deportiva de marca abundan en el metro. Por unos 4 euros puedes llevarte camisetas bastante aceptables. Buscando en las tiendas de ropa del metro, también pueden hallarse falsificaciones de marcas como Chanel o Dior. En Dongdaemun pueden encontrarse deportivas falsificadas y, como os comenté, en Itaewon, relojes, bolsos,… Siguiendo con productos ilegales, en el metro también abundan los vendedores de DVD piratas (tres por unos 8 euros). De hecho (alucinante), en el súper de al lado de casa también venden DVD pirata (y no es ésta precisamente una zona marginal de la ciudad).

En el metro, abundan los vendedores ambulantes que van de vagón en vagón y sus demostraciones suelen ser muy divertidas. Así, te tratan de colocar peonzas luminosas poniendo varias en funcionamiento a la vez en medio del vagón; te enseñan que el cierre para bricks que te quieren endilgar funciona dándole la vuelta a bricks llenos de agua; otros, empiezan a abrir paraguas allí en medio –para riesgo de más de un ojo-,…

Tampoco está mal el que vende una compilación de mp3, haciendo una especie de exposición a lo José Manuel Parada de las canciones que marcaron “nuestras” vidas (no pone coplas, pero sí Only You y demás pastelones de los 50 –la modernidad del disco acaba en ABBA-). Pero mi favorita es, sin duda, la máquina para cortar pepinos, cuyo proceso de venta tiene como clímax el momento cuando la mujer –lo siento, esto sólo lo venden mujeres- se empieza a pegar las rodajas por la cara y empieza a pegar brincos mirando al suelo por todo el vagón, para demostrar que no se caen),…

Sin embargo, si queréis comprar algo más selecto y a la vez todavía poco conocido en España, también tenéis donde elegir. Desde móviles con TV incorporada (un montón de personas van viendo la TV en el metro) a los archifamosas tapas de vater con chorrito, modo masaje,… También podríais llevaros algún tipo de pastillas antienvejecimiento, que aquí tienen un gran mercado. Pastillas de cartílago de tiburón, jalea real,… Y bueno, para las más presumidas (y que no tengáis que parir –ay qué dolor-), en el periódico anuncian una silla reductora de cadera digna de Tomás de Torquemada. Su funcionamiento consiste en una especie de “U” de plástico en el que la mujer sienta sus posaderas y, a continuación, empiezas a ajustártelo como si de la cabeza de una llave inglesa se tratara (vamos, que te debe dejar el culo como si lo metieras en la trituradora de basura de la primera peli de Star Wars). Debe de ser horrible para la salud… pero la moda manda, y aquí las curvas no se llevan… ¿Alguna se anima?

Por cierto, al final no fui el sábado a cenar al restaurante español (voy esta noche) pero, a cambio, vi que vendían en la calle lo más asqueroso que me he encontrado hasta el momento en cuestión de comidas: pondegui, o lo que es lo mismo, larvas hervidas de gusanos de seda. Se ve que las sacan de los capullos y -¡cómo no1- son muy buenas “para los hombres”… pero vamos, muy desesperado hay que estar para comerse las larvillas con sus patitas encogidas…

Mis adorables vecinos (y II)

Como os comentaba en la primera parte del post, Corea del Norte supone a la vez una amenaza y un desafío para Corea del Sur. Convertidas en dos países independientes desde 1953 y rigiendo en sus relaciones políticas el Tratado de Panmunjeon (un mero tratado de armisticio), la amenaza del norte (Corea del Sur no tiene ningún interés meterse en una guerra) obliga a Corea del Sur a mantener un elevado coste militar. Así, el servicio militar dura un par de años, se efectúan con frecuencia ejercicios militares aéreos (es frecuente ver cazas y helicópteros Tomahawk sobrevolando Seúl), y a la gente no le hacen ninguna gracia las bromas que he hecho cuando he intentado mantener una conversación acerca del futuro de Corea del Norte. De hecho, desde la universidad he visto algún día saltar montones de paracaidistas a escasos kilómetros del campus.

En esta misión, sin embargo, Corea del Sur no está sola. Así, ha contado con el apoyo incondicional de EEUU, si bien la fuerte oposición popular al mantenimiento de bases militares norteamericanas en suelo coreano (he visto dos en Seúl –una junto a Itaewon (donde los relojes falsos) y otra junto al Museo Nacional de Corea) ha llevado a que EEUU haya aceptado ceder al gobierno coreano el mando de las operaciones militares en suelo coreano y a desmantelar sus bases (me parece que en un plazo de un par de años). A su vez, en la misión de controlar cada movimiento que efectúan las tropas norcoreanas, Corea del Sur cuenta con el respaldo de Japón, que también se siente amenazado –y más con su falta de fuerzas armadas- por Corea del Norte.

Ahora bien, ¿qué tiene Corea del Norte que haga temer en tal grado a sus vecinos? En primer lugar, un líder imprevisible. Probablemente la imagen que nos llega de Kim Yong Il, hijo del anterior líder, Kim Il Sung, esté un poco distorsionada al ser sólo la versión “occidental” –es decir, de la CNN- de esté señor. Más allá de si es cierta su gran afición al soju (vino coreano) y a las mujeres, lo que sí es cierto es que Kim Yong Il lidera un régimen totalitario –de hecho, una especie de monarquía autoritaria- en la que gran parte de la población carece de medios materiales suficientes para cubrir sus necesidades básicas –principalmente, en las zonas rurales- y en el que –peor todavía- existe una total falta de respeto hacia derechos y libertades básicas como la libre expresión, desplazamiento –¡tienen que pedir permisos para moverse dentro del país!-, libertad de prensa,…

En segundo lugar, un millón de soldados regulares y un amplio arsenal (según todos los indicios, con potencia nuclear). En un país en el que un año de sequía significa la existencia de hambrunas y en el que gran parte de la población subsiste gracias a las donaciones internacionales de alimentos, una tremenda parte del presupuesto es destinada a cubrir gastos militares. Pensad en el desperdicio que significa que un 5% de tu población joven se dedique tan sólo a desfilar frente a efigies y estatuas del líder y su familia.

En tercer lugar, un sistema económico al borde del colapso. Corea del Norte mantiene relaciones comerciales muy limitadas con China, Rusia y Corea del Sur (existe una zona de desarrollo económico en el sur de Corea del Norte) y su economía es básicamente agraria. Desgraciadamente, existen pocos datos acerca de la realidad económica del país (y, los que hay, son de escasa fiabilidad). Fui a una conferencia hace dos años en la que hablaban dos profesores de la Universidad de Pyongyang (capital de Corea del Norte) y, escoltados por un militar (nacido en Tarragona para más señas, el muy imbécil) norcoreano, explicaron tranquilamente la gran prosperidad del régimen poniendo como ejemplo la construcción de una granja de pollos. Otro ejemplo: hace unos años, hubo graves inundaciones en Corea del Sur. Llegaron varios sacos de –literalmente- harapos, donados por ciudadanos de Corea del Norte a sus pobres hermanos de Corea del Sur, para demostrar la generosidad del gran líder.

Como veis, los tres apartados anteriores están muy interrelacionados y no pueden entenderse de forma desagregada. Así, engaño colectivo y legitimación militar del régimen (sin la existencia de un supuesto enemigo externo, el régimen norcoreano se hundiría) se autoalimentan para crear una mayor dependencia del excéntrico líder.

Por suerte, parece que últimamente la tensión se ha relajado, en gran parte por el cambio de política exterior de EEUU. Se han retomado las conversaciones multilaterales, se han efectuado nuevos envíos de ayuda humanitaria (ha habido polémica en Corea del Sur ya que una parte de la población estima que no deberían darse más ayudas que, a la postre, van a financiar programas nucleares de misiles que apuntan a Seúl) y se está a la espera de que Corea del Norte cumpla con su compromiso de no proseguir con sus programas nucleares (será actualidad en los periódicos en un par de semanas, como mucho).

Y bueno, también os comentaba que el tener un vecino así no es sólo una amenaza, sino también un desafío. Tarde o temprano, los dos países acabarán unidos. Si será mediante guerra (en ese caso, dado el potencial de ambas partes, a su terminación quizás no quede mucho por reunificar), colapso interno del régimen (tesis sostenida por algunos asesores del ejecutivo Clinton pero que no se ha cumplido), negociación entre ambos países (y entonces, ¿qué?: ¿reunificación en bloque –como en Alemania-?; por fases, como en la UE?; ¿con dos capitales?; ¿con dos sistemas economicos?), o una transición previa al estilo chino,… eso no se sabe, pero lo que está claro es que, llegado el caso, para Corea del Sur, la absorción de 22 millones de pobres no será sencilla. Y el desafío no será sólo para los coreanos, sino para toda la comunidad internacional.

PD: Desde Barcelona organizan un par de veces al año viajes organizados a Corea del Norte. Os llevarán a Pyongyang (donde veréis enormes edificios y hoteles –deshabitados-, enormes avenidas –sin coches-,…) , v podréis disfrutar de una semana de trabajo en una granja. Todo ello, sin vuestros moviles, con control de lo que leéis y habláis con los nativos, con prohibiciones de las zonas a visitar (nuestro això no toca ahí es el pan nuestro de cada día),… Si queréis ir, allá vosotros… pero, tras tanta dedicación al blog, ¡me daría bastante pena que escogierais ir al Norte sin haber visitado el Sur!

viernes, 20 de abril de 2007

¿Qué hacemos tonight?

Llevo unos días que no paro. Al salir de la biblioteca (cierra temprano, a las 18hs) he ido quedando con diversas personas... y ahí va lo que he hecho.
Bueno, ya os conté la visita a Insa-dog, así que no pienso repetirme. El miércoles, mientras otros veíais otras obras de arte, fui a un concierto de piano en el centro Sejong (nombre de un antiguo rey). No entiendo demasiado de música clásica pero Beethoven y Chopin se me hicieron más tolerables que Bartok y sus canciones de campesinos.
Hoy he ido, por otro lado, a cenar con unos amigos de mi padre al bufet del Hotel Marriott (el 5 estrellas en el que os comenté que quedaban las parejas para concertar matrimonios). La verdad es que apenas puedo escribir con lo que he llegado a tragar. Así, me he pegado una "jartá" que dicen por Graná de comer pato, rabo de buey, medusa (estaba buenísima), sushi, sashimi... Ahora bien, lo mejor ha llegado con el postre (y no, no me refiero a la maravillosa fuente de chocolate que había -caía el chocolate a chorretones-): hasta el momento había visto camareros con barretina, un ejemplar del libro "Digui Digui" en el despacho de un catedrático,... pero esta noche he visto (y comido), ¡crema catalana! Sí sí, con su azúcar quemada y todo.
Y bueno, después de esto -y de la foto de Alfonso Pérez Muñoz en un mercadillo- os diría que ya nada puede sorprenderme en Corea... pero no me atrevo, ya que es posible que mañana por la noche vaya a cenar a un restaurante... español:-s. La verdad es que va contra mis principios ir a otro país y comer comida española pero voy porque una compañera de despacho, que aprende español, me ha dicho que quería probar la comida española... Prometo llevarme la cámara.
Por otro lado, empiezo a tener ganas de ver alguna peli antes de irme. Fui a ver el Ilusionista hará cosa de un mes. Sí, ya sé que hace mucho que se estrenó en España... pero aquí llevan curiosamente un cierto retraso en el estreno de algunas películas (lo cual contrasta con mi experiencia con el año 1992, en el que recuerdo haber visto Hook y, a la vuelta, ésta no se había estrenado todavía en España). Por otro lado, la verdad es que se agradece el hecho de que casi todas sean en versión original con subtítulos en coreano. No me parece un mal modelo a seguir (una putada, eso sí, para las personas con deficiencias visuales que no sepan idiomas...).
Así pues, como veis, la oferta cultural de Seúl es enorme. Aparte de nore bang y restaurantes de cualquier nacionalidad, hay ópera, se pueden ver musicales (ahora mismo ponen Mamma Mia, El Rey Leon, Rent,... ¿os suenan?), hay exposiciones de arte muy chulas (hay un pedazo museo dedicado a Rodin, por ejemplo, y acaban de cerrar una exposición enorme sobre Magritte), partidos de beisbol, de fútbol,... de veras que, en esta ciudad, quien se aburre es porque quiere. ¡Buen fin de semana!

jueves, 19 de abril de 2007

Mis adorables vecinos (I)

Uno no tenía previsto escribir en este blog acerca de países que no fueran la República de Corea pero bueno, respondiendo a una petición, ahí van unas cuantas líneas acerca de los vecinos de Corea. Si echáis un vistazo al mapa, veréis que el país queda prácticamente rodeada por Rusia al norte, Japón al este, y China por el norte (y también por el oeste). A pesar de ello, Corea mantuvo hábilmente su independencia durante siglos, pactando con China y batallando esporádicamente con Japón. También repelió exitosamente intentos de invasión por parte de potencias europeas.

Sin embargo, a principios del siglo XX, la victoria de Japón sobre Rusia propició que Corea tuviera que acabar cediendo, pasando a ser en 1905 un protectorado japonés, pasando al estatus de colonia en 1910. Así pues, durante 35 años Corea (y me estoy refiriendo a toda la Península –no fue dividida hasta 1945-) sufrió la ocupación japonesa. En los colegios pasó a enseñarse la lengua japonesa –efectuándose un apartheid en las escuelas en función de la nacionalidad del alumno-, se modificaron los contenidos de los libros, se cambió el nombre a las personas, sustituyéndolos por nombres japoneses, se implantó un sistema burocrático idéntico al de la metrópolis, se estructuró la economía coreana de tal manera que proveyera a Tokio de materias primas, se calcó el sistema judicial, se eliminaron muchas libertades,… en definitiva, que dieron motivos más que suficientes (y no he mencionado las aberraciones cometidas durante la II Guerra Mundial) para que los mayores coreanos (salvo los que se hicieron adeptos al régimen) sigan teniendo escaso aprecio hacia Japón. Sin embargo, por lo que he podido ver, en las generaciones más jóvenes no existe este rencor y sí una cierta curiosidad y admiración por la cultura japonesa que, todo dicho sea de paso, empieza a ser recíproca en el país del Sol Naciente. Es una pena que declaraciones como las que ha efectuado recientemente el Primer Ministro japonés –negando la evidencia histórica acerca de la existencia de deportaciones masivas de mujeres de todo el Este y Sudeste asiático a burdeles japoneses durante la II Guerra Mundial- turben las relaciones a nivel político.

China y Corea han mantenido históricamente una fuerte relación no sólo económica y política, sino también cultural. Así, el budismo llegó a Corea a través de China y el rey coreano, durante muchos siglos, visitaba una vez al año al emperador chino, en señal de respeto (y para pagarle, de paso, tributos). El acuerdo era ventajoso para ambas partes ya que, por un lado, China obtenía ingresos y, simultáneamente, mantenía controlada la frontera Este. A su vez, Corea sabía que, en caso de ataque nipón, contaría con el apoyo de una gran potencia. En la actualidad, China se ha convertido en el principal destino de las exportaciones coreanas durante los últimos cinco años (superando a EEUU y Japón) y muchas empresas coreanas han trasladado a territorio chino sus plantas. Por otro lado, la mayor parte de ciudadanos inmigrantes que hay en Corea son chinos (el 0,5% de la población total, aproximadamente). De los pocos estudiantes que vienen del extranjero a cursar estudios superiores en Corea, la mayoría también es de procedencia china.

En cuanto a Rusia… bueno, las relaciones comerciales no son excesivamente importantes pero, a nivel geoestratégico, sigue siendo fundamental. Sólo así se entiende que siga siendo uno de los países que se sientan en las conversaciones a seis bandas (junto a las dos Coreas, China, EEUU y Japón) para la desnuclearización de Corea del Norte.

Y bueno, ya hemos llegado al vecino más incómodo en la actualidad: la irónicamente llamada República Democrática Popular de Corea o, sencillamente, Corea del Norte. Pero, si os parece bien, de ello os hablaré en una segunda parte de este post.

martes, 17 de abril de 2007

Cheonggyecheon

Muy buenas a todos. Anoche me fui a cenar con mi prima a Insa-dong y, a continuación, recorrimos una gran parte del Cheonggyecheon.Podéis consultar la historia de este arroyo en http://english.seoul.go.kr/cheonggye/ pero, a grandes rasgos, se trata de un riachuelo que atravesaba Seúl y que fue cubierto tras la guerra. De hecho, llegaron a construir encima una carretera a dos niveles. Sin embargo, en el año 2003 empezó un proceso de recuperación del arroyo (en gran parte debido a que la estructura de la carretera había sufrido graves daños por culpa de la contaminación y su uso intensivo) y se redescubrió el arroyo, creando un paseo sólo para peatones.En verano, bajo los puentes proyectan películas, el agua baja muy limpia (eso sí, sin peces), y resulta un espacio de tranquilidad (aunque también haya mucha gente, incluso de noche) en medio de Seúl, algo difícil de encontrar. Por cierto, el motivo de que veáis tantas luces es que en la zona de Dongdaemun muchas tiendas de ropa y mercadillos de moda abren también de noche (algunas, incluso, sólo tienen horario nocturno). Realmente hay mucha actividad de noche, con puestos callejeros, concursos de B-Boys (raperos que improvisan en los escenarios dispuestos por los prpios grandes alamcenes),... Sé de algunas que iban a dormir muy poco en esta ciudad...

domingo, 15 de abril de 2007

Así en la vida...

...como en la muerte, a muchos coreanos no les faltan sus manjares y bebidas favoritas. Me explico: ayer fui con mi familia a visitar la tumba de mi tío (el difunto esposo de mi tía, en cuya casa habito). Tradicionalmente, en Corea se enterraba a las personas cubriéndolas con un pequeño montículo de tierra (bueno, no tan pequeño, como vistéis, para los reyes) en algún sitio energéticamente relevante (frente a un río y entre montañas, preferentemente). Sin embargo, actualmente esas tumbas están dejando paso a cementerios públicos con tumbas de un estilo más occidental y a la incineración, en gran medida por la escasez (y el precio) de la tierra. De hecho, es posible ir caminando por la montaña y encontrarse, repentinamente, con un montículo con una lápida a su lado. En la foto inferior, podéis ver de qué os estoy hablando (la tomé el sábado en Yebongsan).Así pues, hoy en día, generalmente sólo las personas de clase media-alta para arriba entierran a sus difuntos de la manera tradicional ya que ello exige la tenencia de un terreno propio. Así, la tumba de mi tío no se encuentra en un cementerio, sino junto a un enorme lago y entre montañas, a unos 150kms de Seúl (la ida no estuvo mal -sólo dos horas-... pero la vuelta me recordó a los domingos por la tarde volviendo de la Cerdanya con mi tía... -tardamos cuatro horas y media:-s!-).
Como podéis ver, frente a la tumba está dispuesta una especie de mesita. En ella, mi familia empezó a depositar frutas y alimentos (incluido un pescado seco) que fueron pelando sólo parcialmente (en la foto inferior se ven las peras -sí, ¡eso enorme marrón y redondo son peras!- y las manzanas, con tan sólo "la cabeza" pelada). También abrieron una botella de soju (un tipo de vino coreano) y la dejaron abierta. Tras rezar un rato (mi familia es protestante) empezaron a ir desfilando uno a uno los miembros de mi familia y rociaron con vasos llenos de soju la tumba. Todo el ritual anterior (salvo los rezos intermedios, claro está) es una tradición antigua que consiste en realizar estas ofrendas al difunto (suelen ser alimentos que les gustaban, así que -que quede constancia para el futuro- a mí no me traigáis queso). ¿Lo mejor? Que, obviamente, luego esa comida no se deja ahí... e hicimos un picnic muy agradable.
Por otro lado, junto al lago se estaba celebrando el "Festival de los Cerezos en Flor" -literal-. El camino era precioso, con cerezos a ambos lados durante varios kilómetros. En fin, un día más en que he visto cosas que vosotros no creeríais;-p
Y bueno, para cerrar, el post, ahí va una foto dedicada a mis niños... y a mis no tan niños... (y no diré nombres...).

PD: ¿Quién vive en la piña debajo del mar? Quienes sepáis la respuesta a esta pregunta, sabréis a quién va dirigida esta última foto...

Yebongsan

Continuando lo que empieza a ser ya una tradición, ayer sábado acompañé a mi tío a subir otra montaña. En este caso, se trataba de Yebongsan, al este de Seúl, y de 683 metros de altura. Como veis, en general las montañas de Corea no son muy elevadas… pero sí muy numerosas, al cubrir más del 70% de su pequeña extensión (99.000 kms cuadrados –una quinta parte de España-). Al fin salió el sol tras una semana con el clima bastante inestable y, tras 45 minutos de metro y 20 de autobús, la subida fue un poco menos dura que a Bukhansan. Eso sí, en Yebongsan no hay ni templos ni fortalezas tan chulas como en Bukhansan… pero sí una vista preciosa, al ser la montaña más alta de la zona, y una tranquilidad imposible de hallar en la otra montaña, demasiado cercana a la ciudad –y, por ello, llena de gente-. No tomamos makkoli a la bajada… pero, al llegar arriba, un grupo de excursionistas habían subido un bidón de gamroju, una especie de cerveza hecha con maíz, que suplió con éxito la carencia de makkoli.

En cuanto a la comida… el menú volvió a consistir en kimbab, fruta,... menú que compartimos con las ardillas y pajarillos del lugar –¡en Bukhansan lo que venían eran cuervos…:-s!-. En cuanto a mis descubrimientos, destacaría dos: 1) Los pájaros carpinteros no son azules ni tienen la cresta roja (¿¡qué queréis!? ¡Soy un paleto de ciudad!); 2) Lo que me hace cosquillas detrás de las orejas no son las moscas, sino los dos cuernos de pelo que empiezan a asomar a ambos lados de mi cabeza… ¿aguantaré con estos pelos hasta la vuelta?

sábado, 14 de abril de 2007

Ya es primavera...

Este va a ser breve. Os he comentado en otros posts que esto empieza a estar lleno de flores... ahí van algunas fotos que he tomado cerca de casa o en la montaña que he ido a ver hoy (mañana os escribo el post. ¡Buen fin de semana!

viernes, 13 de abril de 2007

Nore bang

Al empezar este blog os manifesté mi temor a que se pareciera a la segunda parte de Lost in Translation… y si en algún momento me he acercado a ello, ha sido en las dos veces en que he ido a una “nore bang” o, lo que es lo mismo, “habitación de canto”.

En primer lugar, cabe decir que no es un karaoke; en Corea también hay karaokes, e incluso híbridos entre karaokes y nore bang. Las nore bang (Seúl está literalmente plagado de ellas) son habitaciones en las que uno se encierra con sus amigos y se pone a cantar canciones a la vez que consume cerveza y algún snack. La verdad es que al entrar da un poco de cosa ya que muchas veces están en sótanos, tienen largos pasillos con espejos y habitaciones a ambos lados… en fin, que no creo que una casa de citas difiera mucho. Pero bueno, una vez entras en una de las salas, tienes allí micros, maracas y panderetas, un monitor, un libro enorme de canciones,… y menos vergüenza que en un karaoke, la verdad.

Y bueno, a lo que iba: no, no canté ninguna de Pretenders… pero en las dos ocasiones en las que he ido, con eso de ser amables, me han puesto a cantar dos de las pocas canciones en castellano que había en la lista. ¿Qué cuáles fueron? Sólo os diré que le di mucha alegría a mi cuerpo… ¿cuál será será?

PD: Por cierto, ¡¡¡qué vergüenza:-p!!!

miércoles, 11 de abril de 2007

Ginseng

Muchos de vosotros sabéis qué es. De hecho sé que a algunos os encanta, otros lo toleráis, otros lo odiáis, e incluso conozco un caso de un lector de este blog –no diré el nombre, tranquil@- a quien le produce efectos laxantes. Sin embargo, uno de los productos “más coreanos” es sin duda el ginseng (y, en especial, el rojo, que sólo crece aquí).

Para los que no sepáis aun qué es, se trata de una raíz, que se cura durante seis años, con un sabor muy amargo, que tiene propiedades antiestrés y afrodisíacas gracias a su elevado contenido de un tipo de saponina. A su vez, se ha demostrado efectivo para combatir la diabetes de tipo II y su consumo reduce la incidencia de algunos cánceres como el gástrico. Consciente del tesoro que tiene entre manos, el gobierno coreano lo comercia en régimen de monopolio. Existen otros tipos de ginseng, como el blanco, pero el que se ha demostrado que tiene mayores cualidades terapéuticas es el rojo. Por una vez, los coreanos no exageran con las cualidades milagrosas que le atribuyen a casi todos los alimentos.

Si tenéis ganas de probarlo, aquí encontraréis mil maneras. Lo meten en caramelos; ayer vi que en Starbucks preparaban frapuccino de ginseng; también lo laminan y maduran en miel; lo podréis tomar en té con miel–en polvo, o hirviendo la raíz-; en pastillas, a modo de suplemento energético; en chicles; como ingrediente en algunos platos (como el famoso samguetang (pollo relleno de arroz, ciruelas y ginseng); en forma de licor;… Os podrá gustar o no… pero si alguna vez tenéis la ocasión de probarlo, hacedlo ya que tiene un sabor muy especial. A mí, personalmente, me encanta. Y en cuanto a si son ciertos o no sus efectos… mejor me mandáis un email, que si no los comentarios pueden ser tremendos y esto también lo leen menores ¿vale;-p? ¡Nos vemos!

martes, 10 de abril de 2007

Hangul

Uno venga hablaros de mis clases y aun no os he dedicado ningún post a describiros la lengua coreana...

El coreano es la única lengua oficial de Corea. Entre coreanos del Norte y del Sur, tiene más de 70 millones hablantes (más los coreanos que hay desperdigados por el mundo). Su origen no está claro y su sistema de escritura es un alfabeto fonético (no usan ideogramas, como el chino, sino consonante y vocales, como en castellano –en concreto, tiene 14 consonantes y 10 vocales-) que cuenta con la peculiaridad de haber sido creado por un grupo de científicos a petición del rey Sejong, a mitades del siglo XV. Se elaboró el alfabeto al ser el anteriormente usado incapaz de captar algunos fonemas del lenguaje hablado y resultar el chino demasiado complejo para su aprendizaje por parte de toda la población. Al ser muy fácil de aprender (de veras lo es, por más complejo que lo veáis a simple vista) facilitó la rápida alfabetización de la población, si bien los yangban (nobles) siguieron usando el chino en sus textos para diferenciarse de la plebe. Aun hoy en los periódicos pueden encontrarse algunos titulares en chino, sin duda reminiscencia del pasado ya que el coreano posee un alfabeto suficiente para expresar cualquier concepto en dicho idioma.
Una peculiaridad es que funciona por sílabas, por lo que ni siquiera las vocales pueden ir solas y van acompañadas por una consonante muda. Los verbos son relativamente sencillos de conjugar al no variar en persona ni en número. A su vez, hacer el plural de los nombres resulta sumamente fácil (algo que, por ejemplo, en alemán, resulta complejísimo). La estructura de las frases suele ser de sujeto, objeto y verbo. Eso sí, la lengua coreana tiene muchas partículas que, al adherirse a los verbos, cambian el significado completo de la frase, siendo ésta una de las cuestiones más complicadas de aprender. En suma, si estáis pensando en aprender una lengua exótica, con salidas laborales y no excesivamente compleja (ojo, dominarla, como todas, sí lo es), quizás podríais echarle un vistazo.

Por cierto, el hecho de que no posean la consonante “r” de carro, perro y berro es lo que hace que tengan tantos problemas al pronunciarla al hablar en castellano; a cambio, tienen una facilidad superior a la nuestra para distinguir vocales. Un ejemplo de ello es que prácticamente ninguno de vosotros sabe pronunciar correctamente mi apellido… porque no hay forma humana de transcribirlo al castellano;-).

lunes, 9 de abril de 2007

Bukhansan

Olvidé enumerar entre las aficiones más frecuentes entre los coreanos el montañismo. Los fines de semana los metros se llenan de personas vestidas con sus anoraks, bastones y chirucas, listas para visitar alguna de las múltiples montañas del país.Y el pasado sábado tuve la suerte de poder unirme a “la movida” y acompañar a mi tío a Bukhansan, una cordillera –parque natural- a escasos kilómetros de Seúl.
La subida fue bastante dura -a pesar de tener sólo una altura de 700 metros la montaña más alta a la que subimos- pero valió la pena. Una vez arriba, además del paisaje, empezamos a ir descubriendo templos budistas, caminos perdidos –mi tío se conoce la montaña como la palma de su mano, y la antigua fortaleza que permitía controlar el río Han (y, con ello, la ciudad de Seúl). De hecho, existía una muralla de 44 kilómetros –ahora quedan 12) con catorce puertas, donde se libraron múltiples batallas primero entre los reinos de Goguryeo, Silla y Baekje, y, posteriormente, entre Corea y los invasores del norte. Pero bueno, mejor pongo fotos y me callo un rato…
De comida, aquí ni bocatas ni cacahuetes (sorry, Charlie): aquí nos llevamos fruta y Kimbap (que viene a ser como los makkis japoneses, pero con carne y verduras en lugar de pescado crudo) y, a la bajada, nos pusimos morados de bindetok (una especie de tortilla de verduras, calamar y almejas) y makkoli, una cerveza elaborada a partir de arroz (como dongdongju pero sin granos flotando).

En fin, fue un día precioso y, a pesar de que ayer domingo estuve todo el día hecho polvo, pienso repetir algún fin de semana. Ah, y por cierto, feliz Pascua a todos (ayer, en la iglesia, repartieron huevos –aquí son tradicionales los concursos de pintura de huevos-), especialmente este año a mis dos ahijados, que espero me perdonen el no estar con ellos.
PD: ¡Sí, padrino, los pantalones son los del Barça que me regalaste en el año 92...!

domingo, 8 de abril de 2007

2 de 3 (sense folre i manilles)

Bueno, ya he quemado dos de los tres meses de mi estancia. No es momento para balance ya que tiempo tendré de hacerlo dentro de treinta y pico días pero, sin embargo, ahí van algunas impresiones.

Mi coreano avanza lentamente y apenas me quedan sitios por visitar dentro de la ciudad. Voy haciendo algunos amigos y, con mi tía, nos llevamos genial. Además, con la tesis voy avanzando, lo cual hace que, desde el punto de vista académico, también esté siendo redonda la estancia.

Se agradece, y mucho, el sol, tras dos meses de nieve, lluvias, frío… Eso sí, al no haber cambiado aquí de hora (ahora sólo tenemos una diferencia de 7 horas) y carecer de cortinas mi habitación, uno suele despertarse (que no levantarse) sobre las 6 de la mañana… Las calles están llenas de flores (kenari –unas flores pequeñas amarillas-, flores de cerezo –las sakura japonesas-,…) y los árboles empiezan, al fin, a tener algo de verde. Por otro lado, estos días se ha intensificado la densa niebla que cubre Seúl, niebla que no es tal, sino nubes de arena procedentes del desierto del Gobi, aderezada con contaminación de los vecinos chinos (por si no tenía suficiente Seúl con sus más de doce millones de habitantes…).

Ah, y, desde luego, la ciudad no ha perdido su capacidad para sorprenderme. Por ejemplo, aun descubro tesoros escondidos por la ciudad, como el campanario que veis abajo, que servía para dar la hora y avisar en caso de incendios y, el viernes, estuve en el despacho del rector de la universidad en la que estudio y adivinad qué libro tenía en la estantería… frío frío… no, ese tampoco… tenía el volumen 1 del manual “Digui Digui”. En nada pedirán el nivell C para trabajar también en Corea…. ¡tiempo al tiempo!

PD: Aunque, para sorprendente, que me haya salido bien la tortilla de patatas que le he preparado a mi tía esta noche... ¡con la de revoltillos que han comido en casa!

lunes, 2 de abril de 2007

Insa-dong

Si uno quiere comprar antigüedades o souvenirs de cierta calidad (los llaveros y demás, en Itaewon, Namdaemun… son mucho más baratos) no le queda más remedio que visitar Insa-Dong, el barrio donde antiguamente vivían los nobles coreanos, llamados yangban. Y a eso dediqué el día de ayer, aprovechando que –al fin- ha vuelto el buen tiempo (y, sobre todo, evitar las aglomeraciones de gente de los fines de semana). En Insa-Dong se acumulan galerías de arte, tiendas de confección de hanbok (el traje tradicional coreano que era utilizado como vestimenta cotidiana hasta finales del siglo pasado), tiendas de cerámica,… De hecho, aquí trajeron a la reina de Inglaterra durante su última visita (supongo que antes de que los miembros de South Park decidieran suicidarla). A su vez, está plagado de restaurantes tradicionales, teterías, de puestos en los que uno puede probar brochetas, ttok (una especie de pastel pegajoso hecho con harina de arroz), en ocasiones se realizan representaciones de música y danzas tradicionales,… por lo que resulta un barrio ideal para pasar una mañana.

Por cierto, si alguien quiere rematar el día y dedicarlo por entero a compras, Myeong Dong (de camino, os encontraréis con la foto de abajo.... me entraron unas ganas de ponerme a emular a Tom Hanks en Big...!)y Dongdaemun no caen demasiado lejos. Eso sí, uno que ya está integrado a la ciudad, va directamente a comprar ropa a otros sitios como a las estaciones de metro de Gangnam y de la Estación Central de Autobuses, donde se acumulan cientos (y no exagero) de tiendas de ropa una detrás de la otra en las que se pueden encontrar artículos de todo tipo. Y encima, a muy bien precio.
Finalmente, comentaros que esta semana aquí no hay fiesta ni ná de ná... en fin, ¡que paséis todos una buena Semana Santa!

K-Pop

Para compensar el anterior rollo de economía, ahí va un post un poco más light. ¿Qué música escuchan los jóvenes coreanos? ¿Cuáles son las tendencias actuales? Pues bueno, a uno le gustaría poner que tienen un estilo propio, que suenan diferente,… pero la verdad es que lo que se llevan aquí son los grupos pop que mezclan pop, rock y, sobre todo, hip hop. De hecho, los grupos que han surgido últimamente, como Bi (lluvia), BoA o Se7en forman parte de lo que se denomina hallyu, o el movimiento cultural coreano que está “invadiendo” los países del Este asiático.

Así, formarían parte del hallyu también series como Winter Sonata (que ha sido exportada a muchos países y que narra la historia del reencuentro de un primer amor, pero con la peculiaridad de que él tiene amnesia… un pastelón, vamos, pero las japonesas están locas por el actor y organizan viajes hasta los lugares de rodaje para hacerse fotos junto a las figuras de cartón del actor que hay instalados en dichos lugares…), las películas de Kim Ki Duk, otras películas destacadas que ya han sido expuestas en Europa, como Old Boy o I’m a Cyborg but it’s OK (por cierto, el actor es el cantante de Bi),…

Pero bueno, volviendo a la cuestión musical, el pop coreano empieza su expansión en los años 1991 y 1992 con la aparición del grupo Seo Taiji & The Boys y su hit, Nan Arayo (“Ya lo sé”). Seguro que mi hermana se acuerda porque en el 92 nos la aprendimos de memoria… por si acaso, ahí va el videoclip. Ahora suena antiguo y llevaban unas pintas –a lo Príncipe de Bel Air-… pero en su momento fue una revolución musical en Corea al mezclar rap con rock (a mí me sigue gustando, qué queréis que os diga… si bien la canción me trae buenos recuerdos y no puedo ser muy objetivo). A pesar de que el grupo se disolvió en 1996, muchos otros grupos similares empezaron a aparecer en el panorama musical coreano.

En la actualidad, los grupos/cantantes que mueven masas son, entre otros, MCMong, 1TYM, Bi, BoA o Se7en. Por cierto, el canon de belleza masculino aquí es muy similar al que emplean estos dos cantantes (más Se7en –Bi tiene un cierto toque a lo Michael Jackson:-s-). Bi, es, sin duda, el número 1. Ha vendido millones de discos, tiene no sé cuantos singles que han sido número uno en Corea, le idolatran también en Japón y, lo más sorprendente, en su última gira llenó dos veces el Madison Square Garden de New York, algo al alcance de pocos (verdad, ¿Charlie?;-p). Se7en es el típico guapote que canta tanto baladas como canciones de hip hop –aunque no baila tan bien como Bi- y BoA, probablemente la artista emergente más importante. Esta chica sí es más fiel al hip hop –o, al menos al hip-pop- y ha sido la primera chica no japonesa menor de 21 años en ser nº1 en Japón. En el cómputo global, es la quinta no japonesa que alcanza dicho privilegio. Por otro lado, ha tenido colaboraciones con artistas reconocidos de EEUU como Puff Daddy, lo cual parece augurarle un futuro prometedor. Ahí van algunos links con varias canciones.
Anuncio de Anycall (marca de móvil; lo ponen a todas horas): http://www.youtube.com/watch?v=QinR4AJigrc

Y bueno, espero que disfrutéis de los diversos videos. Ahora ya sabéis qué músicas acompañan a los anuncios, escuchan los chavales en sus MP3, o se oye al entrar en tiendas. ¡Hasta pronto!
PD (para los que les interesara el post "FTA"): Finalmente, Corea (11ª economía mundial -España es la décima-) y EEUU (1ª) han firmado el FTA. Para que os hagáis una idea del alcance, es el mayor acuerdo de libre comercio firmado desde 1994, fecha en la que se firmó el NAFTA. Empieza una nueva fase en la economía coreana.

FTA

¿De qué hablan las noticias de Seúl? ¿Por qué ha habido manifestaciones multitudinarias frente al ayuntamiento durante la última semana? ¿Por qué se prendió fuego anoche un taxista frente al hotel Hyatt de Seúl y ahora está en situación crítica en el hospital? El motivo del alboroto se debe a la negociación del gobierno coreano con el estadounidense de un acuerdo de libre comercio (free trade agreement –FTA-) entre ambos países. Y es que Corea, un país que siguió un modelo de industrialización orientado a las exportaciones, sigue siendo un país muy proteccionista... al igual que EEUU. Como muestras en algunos sectores, en la calle prácticamente el 90% de los coches son de origen coreano (el sistema de aranceles para automóviles es extraordinariamente complejo) así como casi todas las frutas y verduras que se consumen. Además, usando como pretexto la enfermedad de las vacas locas, hace más de tres años que no se permite la entrada de carne vacuna estadounidense.

Los principales grupos que están en contra de la apertura comercial del país son la industria de automoción y los agricultores. El único argumento que me han ofrecido las personas no economistas pero que sí protestan es que a las que he consultado hasta el momento para defender la eliminación de aranceles está basado en un concepto de “consumo nacionalista” que, por desgracia, hemos sufrido últimamente por nuestras tierras. De hecho, en el restaurante de la universidad pone en letras bien grandes “aquí sólo se sirve arroz de origen coreano”. A esa frase les replico que si ello tiene algún beneficio especial sobre la salud (cosa que dudo), queda más que compensado por los efectos nocivos de que -con todos mis respetos- aquí sólo se beba vino chileno (uno de los poquísimos países con los que Corea tiene firmado un tratado de libre comercio). Bromas aparte, la variedad de vinos, frutas, coches,… es muy reducida, a no ser que uno esté dispuesto a pagar unos precios desorbitados por ellos.

Me han dicho también que es que la calidad de la fruta y verduras coreanas es superior y que si se abriera el mercado muchas personas se quedarían sin trabajo. Obviamente, como las peras, dicho argumento se cae por su propio peso; si fueran realmente de una calidad tan superior, podrían seguirse vendiendo a un precio tan elevado como el actual a pesar de la competencia exterior.
El gobierno coreano defiende que no se pueden liberalizar algunos sectores (como el arroz) porque son "estratégicos" -desde luego: lo comen para desayunar, comer y cenar- y porque podrían destruirse puestos de trabajo. Además, argumentan -y en eso sí tienen razón- que EEUU también tiene unos aranceles muy altos para, por ejemplo, los coches coreanos.

Es curioso que haya una resistencia tan grande a la apertura comercial del país –básicamente, en productos agrarios- cuando ello perjudicaría quizás al 2% de la población y beneficiaría al resto –con mayor variedad y haciendo asequible el consumo de fruta a personas de rentas reducidas-. Es más que probable que el beneficio agregado sirviera para compensar las pérdidas a ese 2% de campesinos. Y es hipócrita que el estado que a finales del siglo XIX fue conocido como el “estado ermitaño” por su reticencia a abrirse al exterior, se niegue a abrirse comercialmente cuando, simultáneamente, inunda los mercados internacionales con sus productos. En fin, que aquí hay más de un memo tipo José Bové…

Corea ya es un país industrializado y, lejos de gastar recursos en proteger industrias ineficientes, debería utilizar dichos recursos en mejorar los reducidos niveles de productividad de dichas industrias o especializarse en aquéllas en las que –como electrónica, por ejemplo- tiene ventajas comparativas. Eso sí, lo escribo aquí porque no hay h… de ir a decirlo en la plaza del ayuntamiento de Seúl…
¿Que cómo acabará el asunto? A la 1am de esta madrugada se sabrá si Corea pasa a tener FTA con EEUU (sumándose así a los que tiene con los países EFTA y Chile) . El motivo de las prisas es que han de aprobar el FTA ambos congresos y a Bush se le acaba el mandato el 1 de julio. Ah, y el año que viene, van a empezar las negociaciones de libre comercio de Corea con la UE. Si fuera EEUU y me saliera con la mía, lo primero que hacía era exportar a Corea petróleo... ¡y cerillas!

domingo, 1 de abril de 2007

La casa del lago

Un nuevo ejemplo del tráfico de Corea son las dos horas y cuarto que tardamos en cubrir 80 kms para llegar al “condo”, cercano a la frontera con Corea del Norte (a 20kms de la colina “Kim Il Sung” –literal-), por encima del paralelo 38. De hecho, me comentaron que en caso de invasión nos podíamos despedir ya que la primera línea de defensa de Corea del Sur está fijada en el río Han, el que cruza Seúl (eso también encarece los pisos de la parte sur de la capital).

El “condo” no tenía las vistas del de Busan pero, a cambio, tenía spa, piscina, bolera, super, karaoke, y sala recreativa. Eso sí, he dormido al estilo coreano, encima de una leve colchoneta, con el suelo caliente (al estilo del antiguo ondol del que ya os hablé),… lo cual ha hecho que no haya descansado demasiado, la verdad.

El viernes por la tarde, cenamos galbi (costillas) y tomamos makoli (una especie de cerveza de arroz), que son típicas de la región. Luego, a la habitación, y me enseñaron un antiguo juego de cartas japonés, si bien no me enteré de gran cosa al ser incapaz de distinguir los dibujos de los 12 palos de la baraja…

Dedicamos la mañana del sábado a rodear el lago que hay más o menos cerca del condo, y luego hemos ido a comer a una especie de Disneylandia de las hierbas: Herb Island. Sí, suena raro, pero más o menos era eso: un montón de casas de madera blancas y rosas (cuando se ponen, no hay quien les gane en cursilería –la música que sonaba constantemente eran canciones de películas de Walt Disney en versión música de caja de muñecas-) llenas de productos (casi todos importados, siendo Ricola el producto estrella...:-s) relacionados con las hierbas (lo siento, Charlie, había de todas menos de las que a ti te gustan…:-p), y un par de invernaderos con mucho romero y alguna otra especia dentro. En fin, siendo amable, ha sido curioso…


Luego hemos vuelto y hemos ido a la sauna del condo. A pesar de ser una reminiscencia del pasado, cuando los hogares no disponían de duchas propias, a los coreanos les sigue encantando ir a baños públicos. Bien diferenciadas las zonas de hombres y mujeres, dejan la ropa en las taquillas y se meten en un recinto en el que hay, normalmente, sauna, baños de varias temperaturas, duchas, y unos espejos con una especie de taburetes y una alcachofa de ducha para ducharte sentado y arreglarte a la vez. Es curioso ver a tres generaciones juntas en pelota picada hablando en el bordillo de la piscina. Y bueno, luego ya a cenar otra vez galbi, a hacer deberes de coreano y trabajar un poquillo -ya desistí del juego de cartas-, y a dormir. Apasionante el día, ya veis.

Hoy, domingo, hemos vuelto pronto por la mañana, al seguir haciendo mal tiempo... y bueno, voy a empezar a preparar las cosas, que mañana madrugo, que he de volver a Yongin:-s. ¡Nos vemos!