domingo, 4 de marzo de 2007

Un domingo cualquiera

Hoy ha sido un domingo cualquiera. Me he levantado pronto, para ir a correr un rato (me ha dado el tiempo justo... luego se ha puesto a llover y todavía a estas horas sigue...), luego he desayunado, me he duchado y, posteriormente, he ido a misa, esta vez, a una iglesia presbiteriana (llevo visitadas, en cuatro semanas, una metodista, dos presbiterianas, una católica, y unos cuantos templos budistas... al final tendré que acabar dedicando un post al tema religioso...). Después, he ido a comer con el antiguo embajador de Corea en España (quien, por cierto, me está ayudando mucho para conseguir una base de datos) y su señora, a un restaurante tradicional coreano a 50kms de Seúl. A la vuelta, he acompañado a mi prima al COEX, un centro comercial subterráneo de 12 hectáreas (con cines, acuario, dos museos, sala de competición de videojuegos, restaurantes,... vamos todo lo imaginable) ya que necesitaba nosequé y aquí los centros comerciales no cierran en domingo, sino en lunes. Hemos cogido un taxi, he subido a casa, me he puesto el chandal, y, casi casi, ya me he puesto a preparar la mesa para la cena. Al ser la primera luna llena del año, es tradicional en Corea comer un arroz especial mezclado con cinco cereales acompañado de nueve tipos diferentes de verduras. A su vez, se bebe un tipo concreto de bebida alcohólica (cuya falta hemos suplido con vino australiano -regulín, la verdad-) que en teoría evita que tengas enfermedades del oído y, finalmente, he alucinado (hasta que me lo han explicado) viendo cómo mi tía, mi prima y mi sobrina pinchaban piñones en un pasador de pelo y los quemaban uno a uno y, mientras ardían, formulaban deseos. Se ve que también es tradicional de este día. Antiguamente, la gente también salía al campo/calle a rezarle a la luna... pero entre que ya no se lleva, la lluvia y la dificultad para ver la luna en Seúl, nos hemos quedado en casa. Y ahora, aquí me tenéis en pijama, listo para irme a dormir, que mañana tengo que madrugar para coger el autobús que lleva a Yongin, ciudad a 50kms de Seúl donde está uno de los campus de la universidad a la que estoy adscrito y al que juré tardar en volver lo máximo que pudiera (se tarda 1:30hs desde casa...:-s) pero, por causas de fuerza mayor, no me queda más remedio que romper el juramento. Y eso... que espero no haberos aburrido demasiado... ¡que conste que el título ya os avisaba! Intentaré que el post de mañana sea menos aburrido... ¡y el próximo domingo también! Booona nit!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si haces un "post" de tema religioso, me gustaría saber cómo está la situación de la Iglesia católica en Corea. Aparte de la reciente -y cordial- visita del Presidente coreano al Vaticano, de los deseos del Papa de una solución pacífica del conflicto coreano y de la ingente ayuda humanitaria de Caritas Internacional a los habitantes del norte, apenas hemos tenido noticias frescas de la zona.
Que Dios te lo pague con muchos hijos (y un autocar para llevarlos...)

Juanan XVI