lunes, 14 de mayo de 2007

Y 92

Escrito a bordo del vuelo 713 de Lufthansa de Seúl a Frankfurt. He llegado bien y me he traído una faringitis de recuerdo. Podría haber cambiado algo de lo escrito entonces... pero estaría modificando las impresiones de ese momento... y, al final, la vida son impresiones de momentos.
Dejé suelo coreano a las 14:45hs locales bajo un cielo gris (panzaburra, que dirían por donde Lorca) que tuvo la gentileza de esperar a mi embarque para soltar un intenso diluvio. Tras comprobar que nos servirían comida y cena (a la ida, sólo nos dieron de cenar; el Sol nos acompañará durante todo el camino), y que pondrán Eragon y Freedom Writers, he cambiado la hora de mi reloj.

Dudo que haya asimilado todas las emociones y experiencias que he acumulado a lo largo de estos tres meses pero si tardo en escribir cada día me dará más pereza -y no me leeréis:-p-, es una buena forma de no dormirme (a ver si venzo al jet lag de una tajada) y supongo que la cerveza que acaban de servirme ayudará a calentar mi muñeca.

En el plano profesional, vuelvo con la satisfacción de haber avanzado considerablemente con mi tesis y, quizás más importante, con las ideas claras acerca de qué me queda por hacer. He tenido tiempo para cerrar capítulos que tenía a medias o sin empezar, dispongo de los datos necesarios para continuar y he identificado el modelo que aplicaré. Sin duda, ha sido un trimestre muy productivo.

Sin abandonar la economía, pero como puente hacia las cuestiones personales, mi cartera ha sufrido las consecuencias del fuerte proteccionismo coreano (las visitas al súper no tendrán nada que ver dentro de dos años tras la firma del FTA con EEUU y el más que probable próximo acuerdo de librecambio con la UE), he visto que los farmacéuticos no visten harapos aunque haya más de una farmacia por manzana, he caminado por avenidas escoltadas por rascacielos en zonas que los no tan ancianos conocieron como barrios de chabolas y me acabo de quedar sorprendido al asomarme por la ventana y adivinar el desarrollo industrial de la costa oriental de China.

Cada día he aprendido cosas nuevas bien visitando templos, museos, monumentos,… bien leyendo, conversando o, simplemente, observando. He visitado Kyongju, Busan, tres condos, y he recorrido Seúl de arriba abajo. No han faltado sesiones de cine, comidas internacionales, conciertos o, ni siquiera, vergonzosas demostraciones de mis nulas aptitudes como cantante o jugador de béisbol. He tenido la suerte de vivir en primera persona celebraciones como el Año Nuevo Lunar, el día del árbol, los días del niño y de los padres, y los preparativos para el día del nacimiento de Buda.

No he comido perro (aunque no me hubiera importado) ni tampoco he probado las larvas (ahí sí que dije que no), he sido casi atropellado varias veces y arrollado con frecuencia por las impacientes ajumas (señoras mayores) al compás de su “pal.li pal.li” (rápido, rápido), aun me cuesta comer fideos con palillos, y echaré de menos un espacio donde poder correr a diario.

He respirado “polvo amarillo” (no, Charlie, nada que ver con lo que piensas) del Gobi; he probado casi todas las bebidas “made in Korea” distintas del agua, desde soju hasta Poccari Sweat –mejor no pensar en la traducción del nombre de esta bebida isotónica-; tiempo ha habido para clases de coreano (algo he mejorado… ¡pero me queda tanto!) y para subir más de una montaña o dos.

No he regateado sobre césped pero sí sobre asfalto, chicas –y chicos- me han llamado guapo, he hecho buenos amigos, visitado algún pub que otro y sé encontrar las mejores ofertas de la ciudad.

Dejándome mil cosas en el tintero, lo mejor de esta estancia ha sido (re)conocer a mi familia coreana y compartir con ella el tiempo –sólo tengo palabras de cariño y agradecimiento para ellos- y, por otro lado, el saberse querido a través de las constantes llamadas, emails, cartas y comentarios en el blog. Sé porqué lo habéis hecho; también sabéis porqué os he escrito este blog.

Y bueno, antes de que mi hermana me pueda acusar de ñoño; mis padres, de pesado; Chiara conteste que me quería tener controlado;-p; mi tía y mi madrina se excusen por no haber escrito más –que no ha sido pocoJ!- debido al volumen de trabajo de los funcionarios; mi padrino alegue que sólo necesitaba alguien que le arreglara el ordenador; Tinho, me deprima diciendo que lo que de veras añoraba era la cerveza; Charlie me diga que sólo escribía para ver si pescaba alguna pubilla seulita; Anónimo Juanan argumente que sus antológicos comentarios sólo responden a su aburrimiento en el patio; Ernesto afirme que escribe como respuesta a su nuevo instinto paternal (durante algunos años fui el benjamín del equipo –gracias, Wilkie, por salvarme de los chupitos extra-); Suz se aferre al argumento del Míster; Narcís, que echa de menos llamarme para autofelicitarse; Jucasel explique que lo que necesitaba eran ideas para el metro de Mallorca; Francesc y Jordi se pregunten –como yo- porqué no nos comunicamos con más frecuencia; mis amigos de licenciatura me sonrojen explicando que lo que les llevo son las bebidas alcoholicas coreanas más fuertes que he encontrado –¡era un encargo!-; Bea os sorprenda diciendo que sólo escribía para comprobar que no tendrá un mono debajo de su almohada este noche; Marielilla repita que quería algo de Kitty –todo controlado;-)-; mi familia argentina me escriba (sé que siempre estáis ahí) sin acordarse de que ya he vuelto; mi familia granaína me siga tratando a distancia tan bien como en persona; y antes de que los que no he citado se quejen por no aparecer en este post; antes de todo eso, cierro este blog con la esperanza de que leyéndolo lo hayáis pasado al menos la mitad de bien que yo escribiéndolo, que haya encendido cierta curiosidad en alguno de vosotros por conocer un poco más de Corea y, sobre todo, dándoos las gracias a todos los que habéis aportado vuestro granito (granazo) de arena para que haya sentido que nunca me he ido de casa.

lunes, 7 de mayo de 2007

Día 91: Último post desde Seúl

Buenos días a todos. Y sí, ya veis; día 91 ya. Vuelvo a tener la maleta abierta, la habitación hecha un caos y la cabeza como un bombo pensando cómo encajar todas las cosas... que son bastantes más de las que me traje. Ayer tuve comida y cena de despedida con amigos y familiares varios; hoy, segunda manga.

Sin embargo, en estos últimos días he hecho algunas de las cosas que tenía pendientes. He comido ttokpokki (ttok -pasta de arroz- con una salsa roja picante, huevos de codorniz y trozos de pescado y carne -muy popular entre los jóvenes-) y odeng (un snack hecho a base de harina y pescado -foto de la derecha-). Ambos pueden comprarse en múltiples puestos callejeros de la ciudad... pero aun no los había probado.

Anoche también pude caminar a la orilla del río Han (siempre lo había visto cruzando puentes con el metro), al estar la casa de mi tío muy cerca. Había gente pescando, muchos haciendo footing o yendo en bicicleta y, curiosamente, un buen montón haciendo pesas y máquinas debajo de los puentes. Cuando lo vi pensé: ¿cuánto durarían estas máquinas en Barcelona? Especialmente curioso era un "circuito" al más puro estilo fakir lleno de piedras de diverso tamaño que debía hacerse descalzo... "para activar la circulación".

Y bueno, además de hacer piernas al estar el ascensor averiado (y estoy en una planta 13:-s), tener sentimientos encontrados respecto a mi vuelta a Barcelona (tengo muchas ganas de veros por un lado pero, por el otro, dejo a tanta gente maravillosa aquí...) y asomarse ciertos nervios respecto al vuelo de vuelta, poca cosa más os puedo contar.

En el vuelo de vuelta intentaré no dormirme para minimizar el jet lag en Barcelona (salgo a las 14hs de Seúl -7am horario español- y llego a Barcelona a las 23hs, horario español; puede ser un buen momento para que escriba el balance de lo que han sido estos 92 días en Corea, post que colgaré al llegar a casa y con el que cerraré este blog.

domingo, 6 de mayo de 2007

Domingo, día 89

Hola, xiquets. Acabo de volver de pasar el fin de semana en el Daemyung Resort y bueno, no puedo decir que haya sido relajado, al haber pasado los dos días con tres chavalines que no pasaban de los cuatro años (europeos*) y estar las instalaciones del resort llenas de padres que pensaron en celebrar el Día del Niño como la familia de mi primo. Y eso que las instalaciones eran enormes: campo de golf, minigolf, bolera, sala de juegos, tropecientos pubs y restaurantes, un lago artificial, un parque acuático, pistas de ski para la temporada de invierno... vamos, una miniciudad. La prueba de ello: había un Starbucks:-p. Y bueno, no ha habido grandes novedades salvo que vi, por primera vez, la bandera del Barcelona... y no era en una camiseta, sino en un toalla. En Corea, actualmente, la única camiseta de equipos extranjeros que se vende es la del Manchester United... y no por sus giras, sino porque un jugador coreano juega en sus filas. Las camisetas que venden de Beckham son de Adidas -pero sin escudo del Madrid-; Ronaldinho sí está en los escaparates de Nike -pero nunca con la camiseta del Barça- (que ni siquiera venden, por cierto, en su interior); sí he visto camisetas de Messi (pero de Argentina);... De hecho, en tres meses he visto muy muy pocas camisetas del Barça... y todas falsas. Ojalá que, de cara a este verano, algún pseudovisionario galáctico recordara sus palabras, "que n'aprenguin"... Pues eso, que mañana os escribo un poquito más, que tengo que arreglarme para ir a cenar (sí, a las 18hs... no me acostumbro a lo de cenar tan pronto) al Marriot Hotel, célebre ya por sus citas concertadas (a quien pueda interesar, aun está a tiempo para llegar antes de que vuelva) y su bufet donde el chocolate cae a chorretones;-p ¡Nos vemos!

* Como os comenté anteriormente, los coreanos nacen con 1 año y cumplen años el uno de enero por lo que el nacido un 31 de diciembre, el día uno de enero ya tiene dos años...

viernes, 4 de mayo de 2007

La ciudad que no cesa

Una vez superados los traumas que supusieron tanto la firma del FTA como el descubrimiento de que el asesino de Virginia era coreano (mi prima, el día de la tragedia, me dijo: “Se ve que ha sido un chino” y empezamos a hablar de que había que ver cómo son estos chinos…) y que llevó a cientos de coreanos y a su propio gobierno a escribir cartas de condolencia (¡y pidiendo disculpas!) a EEUU, Seúl sigue con su actividad frenética.

Así, esta semana se ha desarrollado el festival Hi Seoul! (en la foto tenéis el escenario principal, instalado en la plaza del ayuntamiento), con conciertos, actuaciones de B-Boys, celebraciones tradicionales,…vamos, la Mercè de la capital coreana. A su vez, el barrio de Myeong Dong celebra su Festival de Primavera que, la verdad sea dicha, no sé muy bien en qué consiste. Tan sólo lo he notado en las banderillas de países colgadas que dan a las calle un toque horterilla a lo Cuéntame, contrastando con las grandes pantallas de última tecnología que hay por el barrio. Supongo que la proliferación de predicadores callejeros de estos últimos días se debe tan sólo a la benigna climatología…

Seúl también se está preparando para la celebración del nacimiento de Buda, cuya fecha cambia cada año –calendario lunar- y que yo no podré ver ya que este año cae a finales de mayo. Sin embargo, por las noches hay muchas farolas de colores encendidas por las calles de todo Seúl. El día del nacimiento, alumbran muchas más en los templos.
Ah, y a todos “mis” niños: feliz día del niño (tranquilos, papis, el vuestro es dentro de tres días).

jueves, 3 de mayo de 2007

De despedida en despedida

Siempre se me han dado mal las despedidas (y algunos de los que leéis este blog lo sabéis de primera mano). De hecho, y a pesar de haberme curtido en estas lides teniendo a mi novia a tanta distancia durante tanto tiempo (y no me refiero sólo a estos tres meses) no puedo remediar que se me pasen por la cabeza preguntas como ¿cuánto tardaremos en volver a vernos? , ¿cuántas veces más nos encontraremos?, o ¿qué excusas tontas pondremos para justificar el haber permanecido desconectados durante tanto tiempo? Y, sin embargo, esta última semana no me queda más remedio que afrontar una sesión continua de "hastaluegos"...
La ronda empezó el miércoles, en mi última clase de coreano, con intercambios de direcciones, tarjetas de visita y promesas de emails que seguramente nunca se escribirán. Ayer me tocó despedirme del paisaje de Yongin (donde está la Hankuk University), cuyo verde, rojo y rosado actual nada tiene que ver con el manto blanco (color del luto en Corea, por cierto) con el que me recibió. Tras una amena comida, tuve que decir hasta luego a todos los miembros del departamento, que se han portado estupendamente conmigo -especialmente Silvia, una estudiante coreana de doctorado-. Por cierto, los jóvenes coreanos suelen tener un "segundo nombre" occidental -que escogen ellos mismos en muchos casos- sabedores de la dificultad que tienen los no coreanos para recordar sus nombres originales.
Y bueno, esta noche voy al cine -Spiderman 3, me parece- y, tras la cena, supongo que me tocará despedirme también de mi prima. El sábado y domingo los pasaré en otro "condo" -a estas alturas del blog ya deberíais saber qué es- y el lunes y martes tengo comidas y cenas con familiares y conocidos. Y el miércoles será el día 92... ¡Buen fin de semana para todos!

martes, 1 de mayo de 2007

Día del trabajador

El 1 de mayo debería ser un día festivo para todos los coreanos ya que trabajan muchas horas (otra cosa es la productividad -eso nos debería sonar también a los españoles con nuestros irracionales horarios-). Bueno, muchos trabajadores efectivamente tienen hoy día festivo (por ejemplo, mi primo, con el que anoche nos fuimos a tomar unas cervezas al tener hoy día libre... -otro primo no pudo venir ya que trabaja hasta las 2 de la madrugada en una academia de preparación de exámenes de secundaria...-) pero me ha sorprendido la gran cantidad de gente que hoy ha acudido a su trabajo.
Así, para empezar, los niños hoy no libraban, por lo que todos los profesores han tenido que trabajar (eso sí, el 5 de mayo es el Día del Niño, y ese día sí es festivo para todos los coreanos). Las universidades (no así mi biblioteca) han mantenido su actividad habitual. Por otro lado, el centro comercial de al lado de casa está abierto, los súpers también, los restaurantes, desde luego, muchas tiendas de ropa, estancos,... en definitiva, poca diferencia con otros días (se agradece, no obstante, que hoy hayan dado una tregua al derribo del edificio de un edificio contiguo al de mi tía). De hecho, parecía domingo... y es que aquí tampoco cierran en domingo.
El otro día me comentaba un amigo de mi sobrina: "vosotros ya habéis llegado a un nivel de desarrollo que os permite empezar a preocuparos por vivir mejor; nosotros aun estamos generando riqueza para poder repartirla, así que tenemos que trabajar duro muchas horas". Me pareció interesante el comentario -más viniendo de un no economista- porque refleja todavía la mentalidad del gobierno de Park (cuando quien me lo dijo debía de tener 4 o 5 años cuando asesinaron al general Park en 1979). Por cierto, sólo comparto parcialmente ese -polémico- comentario... pero eso es otra historia.

Algunas cosas útiles (II)

Uno va con su libreta por el mundo haciendo pequeñas anotaciones para, finalmente, parir un post como el siguiente, que es continuación de uno que publiqué hace ya... ¡dos meses! Así pues, no me enrollo más, y allí van unas cuantas cosas útiles:
1) Si te preguntan literalmente "si te gusta el alcohol", no te tomarán por un borracho si contestas que sí (al principio yo contestaba que no, jeje). Es la forma -con una traducción bastante "brutal" al castellano- que tienen de preguntar si quieres cerveza, vino,...
2) Cuentan que hay monedas de 1, 2 y 5 wons, además de las de 10, 50, 100 y 500. Sin embargo, de momento no las he visto (y llevo tres meses haciendo transacciones casi a diario) ya que todos los precios acaban en cero...
3) Si te olvidas de comprar algo, no hay problema: abundan las tiendas que abren también de noche, así como restaurantes que abren las 24 horas.
4) Si quieres hacer amigos, no comentes que Baekdusan (la montaña más alta de la Península, con un precioso lago en la cima, y sita ahora en territorio de Corea del Norte) es china ya que los amables vecinos del Norte cedieron parte de la montaña a China... Vamos, que vendría a ser como si os entrara un coreano diciendo "¡Viva Gibraltar inglés!".
5) Son muy caros: la fruta, verduras, ternera (ojalá que el acuerdo de libre comercio con EEUU rebaje el precio de los deliciosos bulgogui y sogalbi), las bebidas alcohólicas (gravadas fuertemente por impuestos y, las de importación, también por fuertes aranceles), las colonias y desodorantes,... y todo lo importado en general (reflejando la política proteccionista coreana).
6) Son muy baratos: los aparatos de MP3, los teléfonos móviles, los servicios de internet y telefonía, la ropa, cosméticos, el transporte público, y el calzado en general.
7) Si oyes una moto, ojo, porque seguramente estará adelantando a los coches... por la acera.
8) Si conduces, no pruebes alcohol. Si pasas de 0,5 (como en España), te quitan el carnet directamente. Aquí no se andan con chuminadas electoralistas como el carnet por puntos...
9) Si ves una papelera, aprovéchalo, ya que nunca sabes cuándo verás la siguiente...
10) Conserva los vasos de plástico de Starbuck's, Tom n' Tom's, Coffee Bean,... si los devuelves, te reintegran 50 céntimos por vaso. No es como para ponerse uno a buscar más vasos por las basuras, pero algo es algo.
11) De hecho, los coreanos tienen muy asumida la necesidad de reciclar. Así, cuando uno va a algún restaurante de fast food, al dejar la bandeja tiene que meter los hielos en un agujero, el papel en otro, los residuos orgánicos en otro orificio... Ya me he acostumbrado pero,, al principio, tenía que abrir todas las papeleras para saber qué había dentro ya que no entendía los carteles (muchos están sólo en coreano y no vienen acompañados de dibujos).
12) A los coreanos les encantan las bebidas y sopas MUY calientes, así que ojito con las lenguas... (el otro día metí la cuchara de plástico en el vaso y empezó a doblarse...:-s).
13) A la mayoría de platos le falta sal para el paladar europeo y, a los dulces, azúcar, así que tratad de condimentarlo o, si no, os parecerá, por ejemplo, que algunas sopas no saben a nada.
14) Si no estáis muy seguros de lo que pedís, preguntad antes si pica mucho: hoy me he comido unos fideos en un restaurante vietnamita que no he podido acabar (cuando he desistido, tenía la frente empapada de sudor: hoy al fin he entendido el significado de la expresión "siwonada" , que suelen emplear los coreanos para explicar la sensación de frescor que sienten al comer cosas picantes).
No creo que me de tiempo de escribir otro email (¡una semana, sólo!) de este estilo... pero bueno, ojalá que estos "consejillos" los pueda aprovechar alguno de vosotros... en una futura visita a Seúl:-)

sábado, 28 de abril de 2007

Seúl olímpica

No quería irme de la ciudad sin echar un vistazo a algunas de las instalaciones (bueno, las rondas -¡en Barcelona no inventamos nada nuevo!- sí las había "disfrutado") que se construyeron para los XXIV JJ.OO., que se celebraron en 1988, como sabéis, en Seúl. Así pues, he dedicado el día entero, acompañado de mi sufrida prima, a patear el Parque Olímpico y el estadio central.

Hemos empezado por el Parque Olímpico, llamado así porque es eso, un parque -muy agudo el nene, ya veis-, y, en él están sitos varios pabellones en los que se desarrollaron varias competiciones olímpicas. Hemos entrado a echar un vistazo al pabellón donde se realizaron las pruebas de gimnasia deportiva y nos hemos encontrado con... la pista ocupada por un montón de vendedores de ropa deportiva... una forma rara de "reciclar" un pabellón en un centro comercial.

Aunque para reciclajes raros, el del centro "Papertainer", que está también en el Parque y que está realizado íntegramente a partir de cartón reciclado (incluso las columnas son de cartón) y containers. Por el bien de todos, espero que nuestra ministra de vivienda no lea este post... Por si acaso, id guardando los rollos usados de papel de váter (para reparaciones, ampliaciones, y lo que sea menester). Luego hemos dado una buena vuelta por el Parque (es enorme) y, la verdad, he disfrutado mucho de un día prácticamente veraniego. Está lleno de flores, hay muchas esculturas, ríos, lagos y hasta animales sueltos (conejos, patos,...). Tras haber comido, hemos cogido el metro hasta el Estadio Olímpico y, sorpresa sorpresa, hemos entrado (gratis) y hemos podido ver el final del partido del FCSeúl, que, como otros equipos que aun son de la ciudad de Barcelona -¡felicidades, por cierto!-, tienen alquilado su chiringuito en el antiguo Estadio Olímpico.
El aspecto del campo (por cierto, no os perdáis la camiseta roja de la aficionada de la foto), con las gradas vacías (unos 1000 aficionados, aunque muy ruidosos, eso sí) no era muy atractivo... pero supongo que no ayudaba el hecho de que, simultáneamente, y a escasos metros, estuvieran representando Quidam (Cirque du Soleil -aquí todavía más caro que en Barcelona, por cierto-) y, sobre todo, un partido de beisbol entre Doosan y LG (ya veis que todos los equipos reciben sus nombres de los diversos chaebol -conglomerados industriales-).
Por cierto, me han encantado dos avenidas: la primera, que conecta el Parque Olímpico con el Estadio, porque tiene un boulevard central repleto de esculturas acerca de diversos deportes; la segunda, porque en ella se expone fotos e información acerca de los campeones olímpicos coreanos. En la foto me veis con el campeón de maratón de los JJ.OO. de Barcelona.

Finalmente, para compensar a mi prima, hemos ido a practicar un rato su deporte favorito, ir de compras y, tras la cena, nos hemos ido cada mochuelo a su olivo. Eso sí, en un día como hoy, no he podido resistirme a probar la zona de práctica de bateo. Por 500 wons (unos 40 céntimos) puedes batear 17 veces (coges el bate, metes la moneda, y sale una bola cada vez que se enciende una lucecilla). Y bueno, pongo "puedes" porque al strike 34 he decidio irme antes de que más gente se parara a ver cómo cazaba moscas... ¡Qué desastre!... sólo faltaba Leslie Nielsen cacheándome...

jueves, 26 de abril de 2007

Bukhansan (II)

El domingo pasado volví a subir con mi tío a una de las montañas que forman Bukhansan. En esta ocasión, subimos acompañados de muchísima más gente, todos ellos exalumnos del instituto en el que estudiaron mi tío y mi padre. Antes de subir, nos dieron un montón de regalos (sí, ya sé que soy un gorrón…oink) entre los que se contaban una camiseta, una toalla, un impermeable, una gorra y un par de petacas con soju. Esto último me recordó a más de uno que también se lleva la suya de excursión… y, como de costumbre, no daré nombres.

No nos llovió y el ambiente era muy bonito al subir juntos exalumnos cuyas edades iban desde los 25 hasta los 80 (sí, sí, de 80… y me adelantó cuando estábamos llegando a la cima). Una vez arriba –un poco más allá de la fortaleza que os mostré en el anterior post-, comimos –en mi caso, con la promoción de mi tío (muy amables todos, empeñados en que probara todas y cada una de las cosas que habían subido para comer-)- y, seguidamente, sortearon regalos entre los más de 300 alumnos que se dieron cita.

El día estaba siendo estupendo pero, a la bajada, descubrí lo peligrosa que es la montaña. En una zona llana, sin aparente peligro, el hombre que iba diez metros por delante de mí, resbaló con su pie izquierdo y se fue rodando unos veinte metros, por una pendiente de unos 60-75 grados, chocando contra varias rocas (creo que no se dejó ninguna por "catar"). Desde arriba vi que quedó inconsciente y con toda la cara cubierta de sangre. Inmediatamente bajaron sus compañeros (era también un exalumno) y llamaron al 119 (aquí el teléfono de emergencia es el 119, no el 911). Fue horrible ver cómo caía y caía… y peor aun estar luego allí y no poder hacer nada para ayudar. Pues eso, que no me voy a poner filosófico, pero ese hombre volvía de pasarlo genial, de tener un día estupendo… y en dos segundos… En fin, espero que se haya recuperado… ya le diré a mi tío que se informe.

Así pues, con este trance que empañó lo sucedido durante el resto del día fui a cenar a casa de mis tíos, conocí a mi primita de cuatro años –eso sí me alegró la cara:-)- y volví a casa. Y bueno, esa fue mi segunda experiencia en Bukhansan.

miércoles, 25 de abril de 2007

The sound of music

Vaya por delante, en defensa de los coreanos, que la costumbre aquí descrita ya no es seguida por la mayoría de ellos, igual que también se va abandonando (aunque -en esto sí- aun quedan bastantes fans) el hacer "ñam ñam", es decir, el hacer ruido al comer, beber, sorber fideos,... y que este post responde tan sólo a mi experiencia personal -como todos los anteriores-; pero para que no haya ninguna queja al respecto en caso de visita a Corea, tengo que haceros una advertencia: aquí son bastante tolerantes con las emisiones de gases, y no me refiero a política medioambiental -aunque no le iría mal a Seúl una más estricta-.
La cuestión es que aquí tampoco es de buena educación... pero nadie se gira en la calle o en un restaurante si se escucha un sonoro eructo y, por lo que he vivido hoy, tampoco a la biblioteca. Frente a mí se ha sentado un señor de unos ochenta años que se ha puesto a leer periódicos antiguos. Ha jugueteado un rato con su dentadura postiza (me parece que se le ha enganchado el caramelo que estaba mascando) y a continuación ha iniciado, en series de cuatro o cinco y con una cierta periodicidad, su particular concierto de rebuznos.
"Y bueno" diréis, "pobre hombre, es mayor y tendrá problemas gástricos"... pero no: ya es la segunda vez que me pasa en la biblioteca (la otra vez el sapo era de unos treinta años de edad). Eso sin contar los que eructan esporádicamente. El concierto, sin embargo, ha seguido y, tras darle a la trompa, el señor ha empezado a darle al trombón. "Y bueno" diréis, "pobre hombre, es mayor y no se aguanta los peos"... pero no: el señor apoyaba las manos a ambos lados de la silla y levantaba la pierna -izquierda- cada vez que notaba movimientos en Mordor.
Sin embargo, no le he dicho nada... y tampoco m podía cambiar de sitio al ser pequeña la biblioteca y no quedar sitios libres. ¿Qué hago si me vuelve a pasar? ¿Me aguanto? ¿Me enfado y le digo algo? ¿Sigo la máxima de "si no puedes con tu enemigo, únete a él" o al refrán "allá donde fueres...?". ¡Espero vuestro sabio consejo:-p!