domingo, 1 de abril de 2007

La casa del lago

Un nuevo ejemplo del tráfico de Corea son las dos horas y cuarto que tardamos en cubrir 80 kms para llegar al “condo”, cercano a la frontera con Corea del Norte (a 20kms de la colina “Kim Il Sung” –literal-), por encima del paralelo 38. De hecho, me comentaron que en caso de invasión nos podíamos despedir ya que la primera línea de defensa de Corea del Sur está fijada en el río Han, el que cruza Seúl (eso también encarece los pisos de la parte sur de la capital).

El “condo” no tenía las vistas del de Busan pero, a cambio, tenía spa, piscina, bolera, super, karaoke, y sala recreativa. Eso sí, he dormido al estilo coreano, encima de una leve colchoneta, con el suelo caliente (al estilo del antiguo ondol del que ya os hablé),… lo cual ha hecho que no haya descansado demasiado, la verdad.

El viernes por la tarde, cenamos galbi (costillas) y tomamos makoli (una especie de cerveza de arroz), que son típicas de la región. Luego, a la habitación, y me enseñaron un antiguo juego de cartas japonés, si bien no me enteré de gran cosa al ser incapaz de distinguir los dibujos de los 12 palos de la baraja…

Dedicamos la mañana del sábado a rodear el lago que hay más o menos cerca del condo, y luego hemos ido a comer a una especie de Disneylandia de las hierbas: Herb Island. Sí, suena raro, pero más o menos era eso: un montón de casas de madera blancas y rosas (cuando se ponen, no hay quien les gane en cursilería –la música que sonaba constantemente eran canciones de películas de Walt Disney en versión música de caja de muñecas-) llenas de productos (casi todos importados, siendo Ricola el producto estrella...:-s) relacionados con las hierbas (lo siento, Charlie, había de todas menos de las que a ti te gustan…:-p), y un par de invernaderos con mucho romero y alguna otra especia dentro. En fin, siendo amable, ha sido curioso…


Luego hemos vuelto y hemos ido a la sauna del condo. A pesar de ser una reminiscencia del pasado, cuando los hogares no disponían de duchas propias, a los coreanos les sigue encantando ir a baños públicos. Bien diferenciadas las zonas de hombres y mujeres, dejan la ropa en las taquillas y se meten en un recinto en el que hay, normalmente, sauna, baños de varias temperaturas, duchas, y unos espejos con una especie de taburetes y una alcachofa de ducha para ducharte sentado y arreglarte a la vez. Es curioso ver a tres generaciones juntas en pelota picada hablando en el bordillo de la piscina. Y bueno, luego ya a cenar otra vez galbi, a hacer deberes de coreano y trabajar un poquillo -ya desistí del juego de cartas-, y a dormir. Apasionante el día, ya veis.

Hoy, domingo, hemos vuelto pronto por la mañana, al seguir haciendo mal tiempo... y bueno, voy a empezar a preparar las cosas, que mañana madrugo, que he de volver a Yongin:-s. ¡Nos vemos!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué casualidad, Álvaro!
Yo también parto hoy hacia una casa (de colonias) junto al lago (de Bañolas), con tropecientos locos bajitos y sin posibilidad de sauna, hierbas, aguas termales o canciones de películas Disney... lo que se dice, unas estupendas vacaciones de semana santa.
Felices pascuas
si no nos vemos!!!
Juanan

Anónimo dijo...

No parreció tan grave la cosa.Besos Ma

Álvaro dijo...

Pues estuvo bien el fin de semana. El lago, la sauna,... todo muy relajante. Juanan, estuve buscándote, pero no hubo suerte... Felices Pascuas para ti también!!!

Anónimo dijo...

no todo el monte es orégano...